martes, 16 de agosto de 2011

EPÍLOGO


Tal y como habían acordado, ella estaba frente a la playa a las ocho de la tarde. Pronto se pondría el sol, y comenzaría su agonía, pero en ese momento no quería pensar más en aquello, se limitaría a disfrutar lo que Drew había preparado. Se había puesto casi sus mejores galas, si a aquella falda y camisa algo descolorida se las podía llamar así. Llevaba el pelo suelto, de lo cual se estaba arrepintiendo en ese momento, cansada de que se le metiesen los mechones en la boca.

Ahí estaba Klaire. Estaba preciosa y no llevaba nada especial. Eso le gustó aún más, y sonrió. Suspiró, quería retener aquella visión en su cabeza lo más que pudiese. Para siempre, si es que algo así existía. El sol comenzaba a descender para dejar paso a la luna, la playa estaba en calma, y corría una ligera brisa que revolvía el pelo oscuro de ella. Repasó su figura, se fijó en cada detalle, en los hoyuelos que formaba su sonrisa, en el brillo de aquellos ojos de un verde intenso, en las pequeñas pecas colocadas al azar sobre su diminuta nariz, en su figura alta y estilizada, en su piel ligeramente bronceada. ¿por qué tendría que ser una última noche? ¿Por qué no podía ser esta la primera de muchas? De repente, todos los recuerdos volvieron a su memoria...

2 comentarios:

  1. Lo prometido es deuda. Tienes mucho afan en describir y eso está muy bien parece que no tienes ningún fallo lo cual lo hace aun mejor pese a ser un Epílogo muy corto (como deben ser) dejas que el lector se entremezcle con las palabras, en fin, seguiré esta noche leyendo el capítulo uno.

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  2. =) ! muchas gracias por leertelo (cumplir tu "promesa"), por comentar y sobre todo, darme tu opinión (y fuerzas para escribir un cap. más!).
    Espero que disfrutes del resto del viaje (o lectura, según lo veas).
    Un besito

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